La nueva película live-action presenta fascinantes mundos representados en los vestuarios de los personajes. ¡Descubre todos los detalles!
La Sirenita ya está cautivando a grandes y chicos en los cines. La nueva película live-action dirigida por Rob Marshall sigue la historia de Ariel (Halle Bailey), la joven sirena de espíritu aventurero que sueña con descubrir el mundo más allá del mar.
Entretejiendo un relato que se sumerge en las profundidades del océano y que también pisa tierra firme, Marshall lideró la creación de un universo estético extraordinario para las audiencias fanáticas de la película original.
Un elemento clave de ese universo creado por el cineasta y su equipo son los vestuarios y la personificación de los personajes que dan vida a la historia. Para hacerlos realidad, Marshall unió fuerzas con la diseñadora de vestuario Colleen Atwood.
El proceso de investigación para crear los looks de La Sirenita
Para crear los looks de los personajes de La Sirenita, Atwood encaró un profundo proceso de investigación del mundo náutico y marino, inspirándose en la observación de la belleza del mar y toda la vida que contiene, así como las diversas luminosidades y colores del océano.
“Todo ello fue muy inspirador para mí; solo con observar los colores del interior de una caracola me podía inspirar para la vestimenta de todos los servidores en el castillo”, cuenta la diseñadora.
“Queríamos rendirle homenaje a la película original en cuanto a la paleta básica de colores, pero también desviarnos de ese mundo hacia uno más nuevo y moderno”.
Así se personificó a Ariel y se confeccionó su vestido azul
Junto a Atwood, colaboraron en la creación del look de Ariel el estilista y jefe de maquillaje Peter Swords King y la estilista Camille Friend.
El estilo de Ariel debía funcionar tanto dentro como fuera del agua. Así, con Friend como guía clave, trabajaron en el pelo de Bailey con diversos tonos de rojo intenso, rojo claro y rubio cobrizo, y luego agregando rizos sueltos.
En tierra, Ariel luce un vestido azul aguamarina. “Era un tono que me parecía que realzaba mucho su belleza natural y que la hacían sobresalir dentro de los dos mundos en los que se encuentra. Las texturas que usé con la tela, formadas por pliegues y costuras en direcciones opuestas, transmiten una cualidad acuática similar al movimiento de algas marinas”, describe Atwood.
Para el cierre de la historia, la protagonista lleva un vestido que combina los mundos del pueblo, la corte real y el océano. Creado con una tela de fibras de la hoja de la piña oriunda de Filipinas, tiene un bordado de flores color coral y un motivo de pequeñas anémonas marinas junto con flores terrestres. La confección del vestido llevó cuatro meses.